Carmen Ortiz Puerta

De familia de alfareros, entiende la poesía desde bien pequeña, desarrollándose entre balsas de barro, tornos y figuras, crece en un entorno de postguerra donde a falta de todo, la imaginación y el ingenio, fueron las bases del juego donde no se echaba en falta de nada, de la generación los niños de entonces, de aquella en la que aún se veían las estrellas, Carmen se forjó en un estado de creatividad pura.

De una infancia de barro a una adolescencia entre tejidos, tejedora y bordadora Carmen continúa su labor creativa, pero no es hasta su etapa adulta cuando se dedica a la decoración que combina magistralmente con su incipiente inquietud por la escritura, donde por fin encuentra un lenguaje en el que canalizar toda una vida de imágenes y vivencias recogidas por el ojo de una poeta nata cuya sensibilidad ha demostrado en cada creación y forma de entender todo aquello que le rodea.

La niña que se meció en un rayo de Luna permanece años guardada hasta que decide publicarla como respuesta a una sociedad convulsa y alienada, esta “niña” ya no tan niña, niña de postguerra, hace un alto en el camino para mostrar a esta generación de críos un cielo lleno de estrellas.