Antes de ser periodista y escritor, que es lo que pone en sus biografías, Andrés Cárdenas fue peón de albañil, pintor de brocha gorda, camarero y ayudó a su padre en la funeraria de su pueblo, Bailén. Ahora, aunque está medio jubilado, no deja de escribir porque es en la escritura donde encuentra un asidero para agarrarse a la existencia. En su vida periodística inició su andadura en el periódico Jaén. Fue plantilla durante 32 años del diario Ideal, donde ocupó casi todas las tareas de redacción y acabó de columnista. Durante ese periodo consiguió varios galardones, aunque el más importante fue el Premio Andalucía de Periodismo, que obtuvo por la serie de reportajes Perdidos en el mapa. En esa serie narraba las marginaciones que sufrían los pueblos alejados de la capital. Ahora entretiene al gusanillo periodístico con columnas en diarios digitales como El Independiente y Granada Digital y entrevistas en Granada Hoy.

Como escritor tiene publicadas varias novelas y varios ensayos. Algunos de estos ensayos humorísticos han sido éxitos editoriales locales, tal como Dejaos de pollas, vayamos de pollas y Manual del perfecto malafollá, que han sido varias veces reeditados. Entre sus novelas más leídas está Luna de Octubre, sobre el naufragio de La Herradura en el que perdieron la vida casi cinco mil personas. También El cántaro roto, sobre la batalla que hubo en su pueblo contra los franceses, tuvo su repercusión mediática. En fin, eso es casi todo.